Letizia deja a su hija, Leonor, en ridículo a la llegada de Elcano a Nueva York
En la Casa Real detestan a la monarquía española por culpa de Letizia

El viaje de Leonor a bordo de Elcano está entrando en su fase final. La hija de los Reyes de España ha llegado a Nueva York en el que será su último destino en América, antes de volver a España para así poder fin a una travesía que ha estado marcada por todos los problemas de una Leonor que, lejos de disfrutar de la aventura junto a sus compañeros, ha acabado viviendo un auténtico calvario, por los inconvenientes tanto físicos como psicológicos. Los cuales, ni en Nueva York parece que van a cesar de forma definitiva.
En este sentido, tal y como se han encargado de revelar fuentes cercanas a la Casa Real, no se espera que Leonor y el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, compartan ningún tipo de actos institucionales para conmemorar su visita a la Gran Manzana. Una decisión, la que han tomado desde la Casa Blanca, que vendría provocada por el mal carácter de Letizia.
Las relaciones institucionales, el punto débil de la reina
A pesar de que lleva décadas trabajando para ser la mejor en todas y cada una de las facetas propias de la reina de España, las relaciones con otras personalidades nunca se le han dado especialmente bien a Letizia, que, durante el funeral del Papa Francisco no hizo muy buenas migas con la esposa de Donald Trump, Melania, con la que se comportó de forma distante, altivo e incluso desagradable. Lo que generó cierto malestar en la Casa Blanca.
Todo esto ha acabado provocando que sea Leonor la que se lleve las peores consecuencias por culpa de la inconsciencia de su madre. Pues, la Princesa de Asturias ha quedado en ridículo tras saber que ni Trump ni su esposa la van a recibir en Nueva York. Algo que deja en muy mal lugar a la Casa Real, pero que deja en uno todavía peor a la figura de Leonor, que es la que se ha comido el plantón.
Así pues, una vez más, el carácter tan especial de Letizia ha acabado pasando una seria factura a su hija. Y es que Leonor ya se ha acostumbrado a ser la que paga los platos rotos por su madre.