Letizia deja por escrito su última voluntad

Letizia es Reina y le encanta sentirse como tal en todos los aspectos de la vida. La esposa de Felipe VI siempre se ha considerado como un elemento fundamental para la Casa Real de España y quiere que su peinado perdure para siempre en el recuerdo de los españoles y las españolas. Una idea que quiere llevar hasta el final de sus días, algo muy similar a lo que piensa Juan Carlos I. Y es que ambos han dejado por escrito que quieren tener un final lleno de honores y quieren que se les haga un funeral como se merece un Rey o, en el caso de Letizia, una Reina.

En esta misma línea, la Reina de España ha decidido que, ante cualquier imprevisto, es fundamental que deje por escrito cómo quiere ser enterrada el día de su muerte, el cual, afortunadamente, se presupone que está muy lejos todavía.

Letizia quiere un final a la altura de una gran Reina, quiere que se le haga un funeral de Estado, con un evento absolutamente multitudinario que junte masas para darle su último adiós antes de ser enterrada en El Escorial, donde Letizia quiere descansar junto al resto de monarcas españoles, pues, a pesar de no tener sangre azul, se siente a la altura de todos sus predecesores y, cueste lo que cueste, quiere que su cuerpo descanse eternamente ahí.

Letizia y Juan Carlos coinciden en sus deseos

Ante estas demandas por parte de Letizia, Juan Carlos I ha encontrado un resquicio para poder realizar esa tan esperada ampliación de El Escorial. El Rey emérito, al igual que Letizia, quiere ser enterrado en El Escorial. Sin embargo, ahora mismo, su deseo es imposible de satisfacer, dado que no hay espacio físico para enterrar a nadie más, lo que obligaría a realizar unas obras de ampliación que solamente puede ordenar Felipe VI.

De este modo, mientras que el Rey no está por la labor de hacer ningún favor a su padre, sí que está obligado a satisfacer los deseos de su esposa y se espera que acabe cediendo y ampliando El Escorial, de modo que, para evitar más problemas habrá espacio de sobra para que albergue dos cuerpos más. El de Letizia y, de paso, el de Juan Carlos I, que, no negociará con nadie ni por nada, sus deseos respecto de como quiere que sea su final.