Los problemas de Charlene de Mónaco han generado daños irreversibles en sus hijos, Jacques y Gabrielle

Las malas costumbres de Charlene de Mónaco no han ayudado al crecimiento de sus hijos

Los problemas de Charlene de Mónaco han generado daños irreversibles en sus hijos, Jacques y Gabrielle

La vida de Charlene de Mónaco hace mucho tiempo que ha venido muy marcada por sus tóxicas costumbres. La Princesa de Mónaco hace años que arrastra una depresión que le está siendo imposible de superar. Y es que, desde que en 2011 se casó con Alberto de Mónaco, la sudafricana no ha sido capaz de levantar cabeza. Más bien todo lo contrario, pues de ahí ha caído en adicciones a los fármacos, los cuales le han generado serios problemas en su vida personal.

Ante esta situación, Charlene de Mónaco ha tenido que hacer frente a importantes tratamientos para tratar de acabar con sus adicciones. Sin embargo, tras haber fracasado en todos sus intentos, la Princesa ha acabado generando un muy mal ambiente para sus hijos, a los que, a pesar de amar con locura, no ha sido capaz de darles un trato como el que se merecen, pues, a sus apenas 10 años, Jacques y Gabrielle, han visto a su madre en estados muy alterados, algo que ahora pasa seria factura a los niños.

Jacques y Gabrielle viven un infierno en casa

Si bien es cierto que Charlene nunca ha tratado mal a sus hijos, fuentes cercanas a la Casa Real de Mónaco, apuntan a que la Princesa monegasca no es la figura materna ideal para dos niños de 10 años. Y es que, dado el complicado cuadro psicológico de la sudafricana, no son pocas las veces que debe ser tratada en un centro alejado de su casa, algo que ha llevado a Jacques y Gabrielle, a pasar largos períodos sin su madre en casa. Además, muchas veces, su adicción a los fármacos estaría provocando que su actitud no fuera ideal.

Charlene

En este sentido, los expertos han señalado que con el tiempo se podrían generar daños psicológicos difícilmente reversibles en Jacques y Gabrielle, los cuales, dada la complicadísima situación que viven en casa, junto a la presión de formar parte de la Realeza, les podría estar acarreando un importante peso que unos niños de 10 años no deben ni pueden soportar por su cuenta.

Alberto de Mónaco, muy alejado de todo

Por su parte, Alberto II vive completamente alejado de la situación de sus hijos, los cuales apenas ven a su padre, quien, durante los malos momentos de Charlene de Mónaco, es incapaz de acercarse a Jacques y a Gabrielle para cuidarlos en ausencia de su madre.

Así pues, la complicada vida de Charlene de Mónaco podría acabar acarreando importantes problemas psicológicos irreversibles en sus hijos, Jacques y Gabrielle.