Pablo Urdangarin acaba con la relación después de un último año con muchas tensiones
Pablo Urdangarin marca distancia con Leonor y Sofía tras un año de desencuentros familiares y decisiones controvertidas.
En la Casa Real, las relaciones familiares han estado caracterizadas por dificultades y desacuerdos, pero pocas han sido tan claras como la separación entre Pablo Urdangarin y sus primas Leonor y Sofía.
La separación se oficializó después de un año plagado de conflictos, con la última chispa encendida este verano, cuando a Pablo no se le permitió alojarse en Marivent con su pareja, Johanna Zott, al tiempo que la reina Letizia y sus hijas estaban presentes.
La separación que comenzó con un cumpleaños
Pablo, hijo de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, no ha mantenido comunicación con sus primas Leonor y Sofía desde el 18.º aniversario de la princesa de Asturias. De acuerdo con fuentes próximas a la familia, ese suceso marcó un hito en su relación. A pesar de que durante la festividad prevaleció la cordialidad, la ausencia de un vínculo genuino se hizo patente.
Desde aquel momento, las reuniones han desaparecido. A juicio de la reina Letizia, Leonor y Sofía han mantenido una considerable separación con sus primos Urdangarin y Marichalar, algo que Pablo percibe como injusto y obligado. "No solo se refiere a discrepancias familiares, sino también al deseo explícito de desvincular a las niñas de cualquier relación con los escándalos anteriores que impactaron a mi familia", habría expresado Pablo en círculos privados.
La gota que colmó el vaso
Este verano, Pablo trató de organizar una visita a Marivent con su pareja Joahanna Zott. No obstante, la reina Letizia estableció un veto explícito: no deseaba que sus hijas estuvieran en pareja con los Urdangarin de ninguna manera. Esta negativa, para Pablo, se interpretó como un acto que reafirma su aislamiento de la familia.
El hecho de que a otros integrantes más próximos, como Victoria Federica o Froilán, se les haya otorgado la posibilidad de visitar Marivent en momentos anteriores, aumentó la incomodidad de Pablo. "Parece que soy un caso excepcional en las normas familiares", habría afirmado, dejando entrever su cansancio por estas tensiones constantes.
Pablo, que siempre ha procurado mantenerse discreto a pesar del peso mediático que envuelve a su familia, optó por "dar un paso atrás". Este aislamiento no solo es físico, sino también emocional: ha manifestado que ya no tiene interés en asistir a eventos familiares ni en establecer una relación con sus primas, quienes, de acuerdo a él, "se han dejado afectar por las elecciones de su madre", dando a entender que la reina consorte toma las mejores decisiones para sus hijas únicamente.
El conflicto entre Pablo Urdangarin y sus subordinados constituye un episodio más en las divisiones internas de la Casa Real. Para Pablo, tomar esta resolución no ha sido sencillo, pero sí imprescindible. A sus 22 años, intenta dar prioridad a su salud emocional y a su vida personal en compañía de Johanna.
A partir de este momento, el joven continuará edificando su trayectoria lejos del interés mediático y de las dinámicas familiares que tanto lo han impactado. Su vínculo con Leonor y Sofía se mantiene, al menos por ahora, en el pasado.