Pablo Urdangarin lleva 4 meses sin ir a verla a pesar de saber que se muere

En Zarzuela cada vez están más convencidos de que la Tía Pecu está enfrentando la fase final de su lucha contra el Alzheimer. En este sentido, la hermana de la Reina Sofía está mostrando un aspecto cada vez más deteriorado y el equipo médico dedicado a tratar a Irene de Grecia ha dejado claro a todo el mundo, que las esperanzas con la Tía Pecu ya son nulas y lo que queda por hacer es esperar que sus últimos días de mínimo sufrimiento y acompañada de los suyos. Una situación que no se está cumpliendo del todo.

Ante la delicada situación de Irene de Grecia, hay cierto disgusto por parte de la Reina Sofía respecto de sus nietos y, por ende, los sobrinos de la Tía Pecu, la cual no ha visto a ninguno de ellos en las últimas semanas. Dejándola sola y abandonada durante esta Navidad. Una situación que ha generado un gran disgusto en la Reina Sofía.

Buena muestra del abandono de los sobrinos de la Tía Pecu, es que Pablo Urdangarin lleva ya cuatro meses sin siquiera ir a visitar a la hermana de la Reina Sofía. Algo que no ha gustado nada a la emérita, que ya hace tiempo que ha pedido a todos los miembros de la familia Real, que acudan con cierta asiduidad a visitar a su hermana, Irene de Grecia, la cual es más que evidente que está pasando por sus últimos días.

Ni los Urdangarin ni Leonor ni Froilán

Cabe destacar que, además de la larga ausencia de Pablo Urdangarin, el resto de sobrinos ha hecho lo mismo con la Tía Pecu, a la que ninguno de ellos ha visitado con frecuencia. De hecho, ni antes de embarcarse en el buque escuela Elcano, la Princesa Leonor tuvo la idea de ver a Irene de Grecia, una visita que habría podido ser la última, pues no se sabe que la Tía Pecu va a poder vivir más de seis meses.

Así pues, la Reina Sofía está profundamente decepcionada con la actitud de sus nietos respecto a la Tía Pecu, a la que nadie ha visitado con la regularidad que merece. Y es que, ni Pablo Urdangarin, ni Leonor ni Froilán ni nadie ha decidido acompañar a Irene de Grecia en los que podrían estar siendo sus últimos días de vida.