Zarzuela pagaba a señoritas del este para que se acostaran con Juan Carlos I
Las mujeres han acabado siendo la perdición de Juan Carlos I

Si hay algo que ha ido marcando la vida de Juan Carlos I, eso ha sido su gusto desmedido por las mujeres. En este sentido, el emérito podría haberse llegado a acostar con más de 5.000 mujeres a lo largo de su vida. Una realidad que ha desgastado hasta el límite, la relación de Don Juan Carlos con su mujer, la Reina Sofía, que hace décadas que no quiere saber absolutamente nada de su marido, al que detesta y odia profundamente a raíz de todas esas infidelidades y faltas de respeto a lo largo de sus años de matrimonio.
La relación entre Juan Carlos I y Sofía no comenzó de la mejor manera, el emérito nunca tuvo la más mínima intención de casarse con la que hoy sigue siendo su esposa. Con la que solamente llegó a compartir cama con la intención de buscar un hijo varón. Sin embargo, la relación pasó de ser mala a mucho peor, cuando Sofía se enteró de que su marido le había estado siendo infiel con mil y una mujeres diferentes.
En este mismo sentido, gracias a sus contactos y su fortuna, Juan Carlos I siempre fue capaz de satisfacer todos y cada uno de sus deseos carnales. Según han ido revelando fuentes cercanas al que fuera Rey de España, desde Zarzuela se pagaron a multitud de señoritas de los países del este para que pasaran noches de pasión con un Juan Carlos I que lasciva eligiendo según sus gustos en cada momento.
Juan Carlos I tenía intermediarios para contactar con sus chicas favoritas
La realidad es que parte de los presupuestos generales del Estado iban destinados al disfrute de Juan Carlos I. El emérito se dedicó, durante muchos años, a usar intermediarios para tener a su disposición, multitud de prostitutas de países del este a las que seleccionaba meticulosamente según sus gustos. Lo que lo llevó, según Amadeo Martínez Inglés, a acabar teniendo relaciones íntimas con más de 5.000 mujeres.
Así pues, gracias al dinero que tenía a su plena disposición, Juan Carlos I pagaba a mujeres de países del este para que viajaran hasta donde él estuviera y así disfrutar de su compañía, mientras les pagaba grandes sumas de dinero.