Compañeros de Elcano están viviendo un infierno a bordo por Leonor
Los líos de Leonor han generado un ambiente muy complicado

En Elcano no ganan para disgustos. La presencia de Leonor a bordo del buque escuela ha hecho que esta travesía se haya convertido en una de las más duras y complicadas que se recuerdan. De hecho, ni cuando Felipe VI hizo la misma aventura, se recuerda un ambiente tan tenso y enrarecido como lo es el que se respira ahora en esta travesía a través del Atlántico. Y es que a pesar de haber comenzado con bastante buen pie, la realidad es que todo se ha acabado torciendo hasta un punto que nadie llegó a sospechar.
A nadie se le escapaba el hecho de que la Princesa de Asturias iba a disfrutar de ciertos privilegios en Elcano. Leonor cuenta con un pequeño camarote privado y dispone de un teléfono satelital valorado en más de 2.000 euros. Sin embargo, no ha sido esto lo que ha generado mal ambiente dentro de Elcano. De hecho, los privilegios de la hija de los Reyes de España han acabado siendo lo de menos.
En este sentido, han sido los constantes problemas que han rodeado a Leonor, los que han complicado la convivencia en la embarcación. Y es que desde que sucedió el complicado episodio de las imágenes en Chile y las de Leonor en bikini en Uruguay, todo ha cambiado. Según cuentan desde la Armada, ya no hay un ambiente agradable y toda esa camaradería ha desaparecido.
El comandante y los oficiales viven con miedo
Por otro lado, tanto los oficiales como el propio comandante de Elcano viven con pánico a las posibles medidas que tomen desde Zarzuela. Las presiones por parte de Letizia no han pasado desapercibidas en la embarcación y han hecho que nadie se sienta cómodo a la hora de tratar con Leonor. Y es que ni los propios altos cargos a bordo de Elcano se sienten con confianza para hablar con la Princesa de Asturias en estos momentos.
Así pues, la presencia de Leonor en Elcano ha hecho que la de este año se haya convertido en la travesía más complicada que se recuerda. Superando con creces la del año 1987, cuando Felipe VI, al igual que su hija, formó parte de la tripulación del buque escuela.