Guillermo de Gales recibió una llamada de emergencia por el empeoramiento de Carlos III
Carlos III pasó un muy mal fin de semana
En Buckingham, todo el mundo es plenamente consciente de que Carlos III se encuentra en un estado de salud especialmente delicado. El Rey de Inglaterra no está siendo capaz de responder positivamente al tratamiento contra el cáncer al que lleva sometiéndose desde que en 2024 le fue detectada la enfermedad. Una realidad que ha provocado que el equipo médico de Buckingham ya ha hecho saber a los miembros de la Casa Real de Gran Bretaña, que a Carlos III le podría quedar solamente un año por delante y que podría tener una muy mala calidad de vida.
Un buen ejemplo de ello ha sido este último fin de semana, en el que Carlos III se ha estado sintiendo especialmente mal. Tanto es así, que, como han revelado fuentes cercanas a la Casa Real de Reino Unido, el equipo de asistencia de Carlos III tuvo que intervenir de emergencia por culpa de una caída del Rey de Inglaterra, que, ya ha convertido en costumbre, esto de caerse en su hogar.
Ante la caída de Carlos III, el Príncipe Guillermo recibió la llamada de emergencia por parte de los médicos de Buckingham, los cuales comunicaron al Príncipe de Gales, que, además de encontrarse estable, Carlos III había sufrido un nuevo percance en su habitación, donde volvió a sufrir un desmayo que se ha convertido en algo demasiado habitual para la calidad de vida del Rey de Inglaterra.
Guillermo de Gales ya se prepara para el peor desenlace
La realidad es que Carlos III ya ha dejado más que claro que no tiene intención de abandonar su posición como Rey de Inglaterra antes de fallecer. Lo que ha hecho que el Príncipe Guillermo no se pueda preparar una sucesión al trono con tiempo y con calma. Lo que ha provocado que el hijo mayor de Carlos III haya asumido que deberá tomar posesión del trono de Reino Unido después de superar el peor desenlace posible, con la muerte de su padre.
Así pues, el Príncipe Guillermo ya está enterado del delicado momento en el que se encuentra Carlos III. El pasado fin de semana sirvió para demostrar que el avance del Rey de Inglaterra sea, como mínimo, pesimista.