Iñaki Urdangarin pide a su madre que deje de tratar a Ainhoa Armentia con inferioridad
Las tensiones familiares siguen marcando la relación de Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia

Iñaki Urdangarin ha intentado por todos los medios que su familia acepte a Ainhoa Armentia, pero no lo ha conseguido del todo. Sus hijos han mantenido una postura distante con la abogada y, aunque con el tiempo han llegado a una relación cordial, no muestran un entusiasmo real por su presencia. Sin embargo, el verdadero problema lo tiene con su madre, Claire Liebaert.
La madre del exduque de Palma nunca ha ocultado su preferencia por la infanta Cristina. Para ella, sigue siendo una hija y, a pesar del divorcio, su vínculo con la madre de sus nietos se mantiene intacto. Incluso pasan juntas parte de las vacaciones de verano, compartiendo momentos en familia como si nada hubiera cambiado. Mientras tanto, Ainhoa Armentia sigue relegada a un segundo plano. No tiene el reconocimiento de pareja oficial, ni el trato que cabría esperar de alguien que comparte su vida con Iñaki.
Iñaki pone límites a su madre
Cansado de esta situación, Urdangarin ha decidido dar un paso adelante. Ha hablado con su madre y le ha pedido que deje de tratar a Ainhoa como si fuera una simple conocida. No espera que se conviertan en las mejores amigas, pero sí que la respete como su pareja. Sin embargo, Claire no lo ve de la misma manera. Para ella, la ruptura con Cristina fue una traición difícil de perdonar, y no tiene intención de hacerle las cosas fáciles a la nueva novia de su hijo.
Mientras tanto, Ainhoa prefiere mantenerse al margen. No ha hecho declaraciones sobre la frialdad con la que es tratada, pero su entorno asegura que no le agrada la actitud de su suegra. La considera clasista y distante, y prefiere no forzar una relación que, a día de hoy, parece imposible.
El futuro sigue siendo incierto para la pareja. Iñaki quiere casarse y formalizar la relación, pero sin el respaldo de su familia, el camino será complicado. La sombra de Cristina sigue presente en la vida de los Urdangarin, y Ainhoa sigue sin encontrar su lugar. Por ahora, Ainhoa sigue siendo una invitada incómoda en una familia que no termina de aceptarla.