Juan Carlos I vende más de 40 propiedades entre Barcelona y Madrid
El rey emérito da pasos decisivos en la reorganización de su patrimonio para asegurar su legado a futuro

El rey emérito Juan Carlos I ha tomado una decisión clave sobre su legado: quiere dejar todo en dinero líquido y nada en propiedades. A sus 86 años, está reorganizando su testamento y acelerando la venta de su patrimonio inmobiliario en España.
Más de 40 inmuebles en Madrid, Barcelona y otras ciudades han salido al mercado en los últimos meses. Su hija, la infanta Elena, y su asistente de confianza, el ex coronel Nicolás Murga, están liderando estas operaciones con total discreción. El objetivo es evitar problemas fiscales y asegurar que sus hijas, Elena y Cristina, reciban su herencia sin complicaciones legales.
La mayoría de estos inmuebles estaban registrados a nombre de terceros, lo que añadía un nivel de opacidad a su gestión. Ahora, la prioridad es convertirlos en dinero líquido que se pueda distribuir fácilmente cuando llegue el momento.
El futuro de su fortuna
La fortuna de Juan Carlos I siempre ha sido un misterio. Se estima en unos 1.800 millones de euros, resultado de herencias, donaciones y regalos recibidos durante su reinado. Sin embargo, administrar este patrimonio no ha sido sencillo.
Para asegurar una transición sin sobresaltos, la familia ha utilizado estructuras en el extranjero, como fundaciones en Abu Dabi, donde las infantas figuran como patronas. Esta estrategia permitiría gestionar la herencia con ventajas fiscales y sin la intervención de Hacienda en España.
Las operaciones de venta se han llevado a cabo con total hermetismo. Documentos clave han sido firmados en ciudades como París y Ginebra, lejos del escrutinio público. Mientras tanto, el rey emérito sigue en Abu Dabi, supervisando estos movimientos y preparando su legado.
Su posible regreso a España sigue siendo un tema de debate. Aunque sus últimas visitas han sido breves y discretas, la liquidación de su patrimonio podría ser una señal de que está cerrando etapas. Lo que está claro es que Juan Carlos I quiere dejar todo en orden, asegurando que su fortuna quede en manos de su familia sin sobresaltos.