Juan Urdangarin mete el miedo en el cuerpo a su madre por la vida que lleva Irene en Londres

Después de no haber sido capaz de estudiar en Lausana como quería, Irene Urdangarin necesitó el apoyo de Juan Carlos I para costearse una carrera de más de 40.000 euros anuales en la Universidad de Oxford. Un plan que, en principio, le pareció excelente a la infanta Cristina, que lo único que quería era que Irene se centrara en los estudios y en tener un buen desarrollo a nivel profesional. Sin embargo, la realidad ha estado muy lejos de las expectativas que tenían con Irene, la cual no se está tomando nada en serio sus estudios universitarios.

En este mismo sentido, tal y como han revelado fuentes cercanas a los Urdangarin, la infanta Cristina está muy preocupada por el comportamiento de Irene Urdangarin. La benjamina del clan Urdangarin no ha mostrado ni la más mínima intención de dedicarse plenamente a sus estudios, lo que la ha llevado a tener una vida mucho más centrada en disfrutar de la noche de Londres que de cualquier otra cosa.

Esta realidad ya ha alertado a Juan Urdangarin, que desde Londres ya ha ido advirtiendo a la infanta Cristina del pésimo rumbo que está tomando la vida de Irene Urdangarin. La joven se ha comenzado a rodear de personas de muy poca calidad, que la han llevado a desarrollar unas muy malas costumbres. Y es que, lejos de centrarse en sus estudios, Irene se dedica a salir de jueves a domingo y a ausentarse de varias de sus clases.

La infanta Cristina teme por el futuro de su hija

Ante esta delicada situación, la infanta Cristina ha comenzado a tener verdadero pánico por la vida que lleva Irene Urdangarin. La menor de los Urdangarin es incapaz de centrar su vida y se dedica a vivir de fiesta. Algo que en la familia Borbón ya saben que nunca sale bien. Sin embargo, ni los viajes de Cristina a Londres para estar con su hija han tenido efecto alguno en el día a día de Irene.

Así pues, después de recibir la alerta por parte de Juan Urdangarin, la infanta Cristina ha comenzado a preocuparse mucho por la evolución de Irene Urdangarin, la cual, por culpa de las malas compañías ha comenzado a llevar un tren de vida absolutamente insostenible.