Alpine esclarece el nuevo reto de Alonso: en Sochi, oportunidad de oro

Fernando Alonso se ha convertido en uno de los grandes atractivos de la segunda parte del mundial de Fórmula 1 y el buen rendimiento que está ofreciendo a manos del A521 ha provocado una subida autoestima notable en Alpine, su equipo. Ahora, tras volver a colar a sus dos pilotos en la zona de puntos en el pasado GP de Italia, la escudería gala tiene entre ceja y ceja afianzar las buenas sensaciones que se vienen dando en los últimos tiempos con un puesto en el top-10 al finalizar el campeonato.

No cabe duda de que la mayor parte de las esperanzas están depositadas en Alonso, a pesar de que Esteban Ocón ha sido el autor de la primera victoria del renombrado equipo en el compromiso celebrado en Hungría el pasado 1 de agosto. Por el momento, el asturiano se sitúa en la décima posición en la clasificación general con 50 puntos y, su compañero Ocón, un puesto por detrás con cinco puntos menos.

Ambos ya han sido ratificados por Laurent Rossi, director de Alpine en la Fórmula 1, como los dos pilotos de la escudería para la próxima campaña (el contrato de Ocón, incluso, se extiende hasta 2024), pero eso no quita que la emoción y competitividad estén servidas en este tramo final de curso. 

El próximo GP de Rusia, que se celebrará en el Autódromo de Sochi el próximo 26 de septiembre, es una prueba más que evidente para que Fernando Alonso, quien viene cosechando mejores registros, aseste un golpe sobre la mesa en el box, ya que en los primeros meses de competición (marzo y abril), el rendimiento del asturiano fue sumamente cuestionado por su propio equipo y era Ocón el que se llevaba todas las muestras de afecto. Ahora, la historia ha cambiado.

Y es otro francés, Pierre Gastly, el próximo objetivo de Alonso para seguir escalando posiciones: de momento, el español tiene una desventaja de 16 puntos, pero aún queda mucha tela que cortar sobre el asfalto y los ocho compromisos que aún restan por celebrarse se prevén altamente competitivos, intrigantes y divertidos, tres adjetivos que en las últimas campañas no han sido constantes en la F1 y, más concretamente, en Renault.