Bomba Fernando Alonso en el GP de Alemania: el fichaje de McLaren
El piloto español abandona cuando iba penúltimo
Fernando Alonso se va. No será en 2019, pero no pasará de 2020. El piloto español tiene decidido no estar en 2021 en la F1.
"No lo sé. No es muy importante el perfil de los neumáticos. No estaré aquí en 2021, así que no me importa demasiado", avisa. "Me importa más que mejoráramos antes otras cosas como tener ruedas suficientes de agua para que no pase lo de hoy, 50.000 personas mirando y ningún coche en la pista", concluye.
Y, hasta entonces, podría compartir equipo con un compatriota: Carlos Sainz.
McLaren soltó la bomba en el GP de Alemania, en el que Alonso abandonó a falta de una vuelta, cuando iba penúltimo, y que ganó Hamilton con una remontada épica -partía del puesto 14-, con Bottas y Raikkonen completando el podio. Y es que la escudería de Woking tiene el fichaje de Sainz sobre la mesa para el próximo curso.
"Comercialmente estaría bien. Creo que es más importante tener dos pilotos comercialmente excitantes, que de dónde provengan en particular. Para los patrocinadores lo interesante es tener a los dos mejores pilotos disponibles, sin importarles el país del que sean”, afirma Zak Brown, capo de McLaren
"Carlos Sainz es un gran piloto y podríamos estar interesados en él. Desde el punto de vista comercial estaría bien para nosotros", advierte Brown.
Una posibilidad, la llegada de Carlos al equipo de Alonso en 2019, de la que Sainz guarda silencio. "No hago caso de rumores nunca. Estoy acostumbrado a que se hable de mi futuro en esta época del año y lo único que deseo es firmar un contrato de al menos dos años para que el año próximo, al menos uno, no suceda", espeta.
Un binomio, Sainz/Alonso, que suena cada vez con más fuerza en el mundillo de la F1, pero que plantea un problema mayor: McLaren sigue siendo un coche a años luz de podios y victorias.
La continuidad de Fernando y el paso al frente de Sainz debería ir acompañado, sí o sí, de un cambio radical en el nivel del McLaren para 2019-20. Y eso parece una quimera tras vivir el enésimo ridículo de la firma británica, esta vez en Alemania.