Hamilton y Mercedes asustan y amenazan a Verstappen: asalto al mundial

Después de ser los dueños de la era híbrida, con ocho mundiales de constructores consecutivos, Mercedes y Hamilton no fueron capaces de revalidar su corona en la primera temporada de la nueva reglamentación. Las flechas plateadas fueron la gran decepción del año y nunca pudieron medirse a RedBull y a Max Verstappen, quien se alzó por segunda vez consecutiva como campeón del mundo.

La escudería alemana tiene claro que no puede permitirse otro año metida en la zona media de la clasificación, es por ello que han dedicado todos sus esfuerzos a entender qué hizo que su monoplaza no fuera tan rápido como los RedBull y Ferrari. El gran problema de los Mercedes era el conocido porpoising, el rebote producido por diferentes efectos aerodinámicos que ni los ingenieros eran capaces de entender.

En este sentido, Mike Eliott, director técnico de la escudería alemana, habló en referencia a estos problemas: “Al principio no podíamos explicar por qué todo cambiaba de un circuito para otro. Luego nuestras predicciones se hicieron cada vez más exactas y sabíamos dónde nos iría bien y donde tendríamos problemas”. Con estas palabras, el ingeniero de Mercedes dejó claro que ya han detectado los problemas del monoplaza con el rebote, pudiendo así, actuar en consecuencia.

Gracias a dichos avances, los alemanes, están cada vez más confiados de cara a 2023, pues están convencidos que contarán con un monoplaza mucho más competitivo que el del 2022: “Como resultado de lo que sucedió el año pasado, hay una sensación general de confianza sobre lo que había que cambiar exactamente en el coche para que no se repita en 2023”.

Con todos estos avances, Mercedes está trabajando duro para ofrecer el coche más rápido posible a Lewis Hamilton. Cabe resaltar que, si no fuera por los problemas de rebote, las flechas plateadas hubieran sido infinitamente más rápidas. De hecho, es innegable que cuentan con el mejor motor de toda la parrilla, tanto en velocidad como en fiabilidad. Además, cuando fueron capaces de minimizar el efecto rebote, el monoplaza era capaz de volar sobre el asfalto, especialmente en la segunda mitad de temporada, cuando George Russell fue capaz de lograr su primera victoria en Fórmula 1 en el circuito de Interlagos.

Así pues, Max Verstappen y Red Bull deberán ponerse las pilas si quieren volver a ganar el próximo mundial de Fórmula 1, pues a diferencia del año pasado, deberán competir contra el equipo que mejor trabaja y el único piloto capaz de poner a Mad Max contra las cuerdas, Lewis Hamilton.