Marc Márquez fue a por Valentino Rossi (o lo que pasó en Yamaha al final del GP de Las Américas)
El piloto de Honda revoluciona el box
Marc Márquez era un torbellino. El piloto de Honda había avisado a los suyos y lo logró: fue a por Valentino Rossi y los suyos desde la primera curva para tapar bocas y avisar: el Mundial es suyo.
Ni sanciones, ni declaraciones fuera de tono, ni la presión de Valentino, nada puede con un Marc que vencía en la pista en el GP de Las Américas y fuera.
Las caras en el box de Yamaha, en el rincón de Uccio y Rossi, eran de funeral. Y la conclusión, clara: con Marc no pueden ni compitiendo, ni a puñaladas.
Márquez va como un tiro a por una nueva corona. La superioridad fue, y es tan insultante, que MotoGP va camino de convertirse en un deporte aburrido, con un capo dominando de principio a fin.
"Quería una carrera tranquila, así no hay que hablar. Me sentía bien. Con un ritmo mejor. Quizá en otra carrera no podré y tendré que adelantar, pero ya que podía hacerlo en Austin lo he preferido hacer así. Ha habido un momento en el que llevaba seis o siete segundos y he visto el +10 cerca, que siempre es una cifra especial, y he pensado en buscarlo. Pero los puntos eran los mismos y daba igual. Me había caído el viernes y el sábado y esto significa que estaba empujando. Hemos conseguido los 25 puntos, algo muy importante. Tenía una motivación especial en esta carrera. Tenía ganas de hablar en pista, que es donde se me da mejor. Creo que lo he hecho bien y ahora a seguir así en las carreras de Europa", explica el ganador.
“’Dovi’ será un gran rival todo el año como lo fue en 2017. Nunca me he visto lejos de la lucha por el título porque este año me encuentro bien con la moto. El nivel estaba ahí en todas las carreras y esto es lo más importante. Siempre es bueno es estar delante para tener un margen. El comodín ya lo gastamos en Argentina, pero incluso con ese cero estamos a un punto del líder", concluye Marc.