Márquez y Joan Mir sueltan la bomba del fin de semana del GP de Portugal: la sorpresa es tremenda
Los dos pilotos de Honda y el hermano del 93, protagonistas
Los primeros entrenamientos libres del viernes de cara al GP de Portugal de este fin de semana dejan varias vías a las que acogerse, siendo las que ofrecen los hermanos Márquez y el mismo Joan Mir bombas y por tanto sorpresas. De un lado esta la superioridad de Ducati, que Mir, al menos este viernes en la FP1, ha atajado, pero de otro está el potencial encubierto de Borgo Panigale, sobre el que el ocho veces campeón del mundo es taxativo: no hay opción.
Márquez en cabeza
Hablemos sobre las posibles sorpresas que no ve Marc Márquez, al menos con ellos, y que ya se han confirmado. Álex Márquez, que lleva rodando a buen ritmo en la pretemporada y se le ha visto fuerte en los test Sepang y Portimão, ha comenzado el viernes en los primeros libres sacando pecho, con el mejor tiempo. Aunque sea circunstancial es significativo; el pequeño de los Márquez arranca fuerte. Pero sorprende que el segundo mejor haya sido el compañero de Marc, Joan Mir. ¿Tendrá esto continuidad? Es poco probable, sobre todo porque Bagnaia, Bastianini o Quartararo ha velado armas de cara a la FP2.
El 93 se aparta
No es habitual ver a Marc Márquez tan cabizbajo y sobre todo viéndose antes de la carrera tan lejos de sus rivales, pero ayer fue claro al respecto: "en estos momentos no podemos pensar ni en el podio ni en la victoria. Pecco es el favorito y estamos demasiado lejos de él como para pensar en cómo frenarle”, decía en palabra recogidas por Motorsport. Pare él, están muy lejos de Ducati y más aun de Pecco. Es imposible alcanzarlos en Portugal. Tema zanjado.
Otra de las grandes sorpresas previas al inicio del Mundial han sido la apuestas de los pilotos en el paddock de cara a llevarse el título esta temporada, donde Bagnaia se ha impuesto con comodidad, pero Enea Bastianini y Jack Miller han puesto a Marc Márquez como favorito pese a las enormes dificultades que está teniendo Honda. Quartararo, además, no apostó por el turinés, sino por él mismo.