Primeros cabos sueltos de MotorLand para Bagnaia y Maverick Viñales

Lo cierto es que Francesco Bagnaia estará todavía en una nube tras conseguir aguantar un cara a cara con todo un hexacampeón del mundo de Moto GP como es Marc Márquez. Y no solo soportó los envites de un experto en la pelea y el cuerpeo intenso en el momento decisivo, como es el piloto de Honda, sino que al final terminó llevándose la victoria, lo cual le pone en disposición de dar guerra por el título a Fabio Quartararo, líder del Mundial.  

Es cierto que en cada resultado deportivo de la categoría reina del motociclismo mundial, máxime cuando la próxima cita del calendario ya asoma a la vuelta de la esquina, se pueden hacer varias lecturas. Una, la del joven piloto de Ducati, es la que le coloca en la cresta de la ola y con perspectivas de, como decimos, pelear el Mundial; en la otra esquina debemos pulsar el sentir de Márquez, frustrado con el intento fallido por la victoria en suelo aragonés, pero contento por el ritmo de carrera y por situarse en los puestos de cabeza y en la batalla final.

Y es que tampoco tienen mucho tiempo para pararse a sopesar sensaciones y posibilidades los pilotos ya que el Circuito de Misano Marco Simoncelli se presenta este domingo como una oportunidad para quienes van de menos a más, que puede ser el caso del italiano y el español. Pero también para todos aquellos que sí necesitan de las pruebas que restan hasta el final del Mundial para asentar certezas de cara a la próxima temporada, en cuyo caso hemos de mirar a las Aprilias y concretamente a Maverick Viñales. 

El piloto de Figueres relanzó su positivismo con su nuevo equipo tras el fin de semana patrio afirmando después de la carrera, en la que acabó decimoctavo, que “creo que hemos aprendido los puntos en los que tenemos que ser fuertes y las áreas en las que tenemos que mejorar”. Indudablemente Viñales no está acostumbrado a verse tan atrás sobre el asfalto y en plena competición, pero su reaparición tan tempranera y su ilusión intacta hacen que se puedan esperar grandes cosas por su parte en el futuro no tan a largo plazo.