Última hora de Maverick Viñales, Quartararo tiembla: Aprilia on fire

Hay mucha expectación sobre lo que sea capaz de hacer un Maverick Viñales que estrena la Aprilia en el GP de Aragón y que, aunque mira con ilusión a la temporada 2022, también espera alzar la voz en el presente campeonato. 

Puede decirse que ha caído de pie en un equipo transalpino que da con él un salto de calidad, a la par que el piloto se encuentra con una oportunidad que le tiene entusiasmado y tras la que no renuncia a nada. “Sé lo que soy capaz de hacer y ha sido bonito subirse rápido”, dijo a Motorsport. Lo que sí está claro es que el reciente matrimonio les ha sentado muy bien tanto a la escudería como al español y ahora los espectadores quieren saber hasta dónde pueden llegar juntos.

Sobre esta campaña, Viñales aseguraba a MotoGP.com que “es una gran oportunidad, porque desde Aragón tenemos una serie de carreras, seis carreras, por delante para entender la moto y para preparar de la mejor manera posible la temporada 2022, pero en cualquier caso estamos en una muy buena posición”. 

Si a estas sensaciones iniciales del corredor unimos el reciente podio de Aleix Espargaró, es indudable que podemos esperar mucha batalla de la firma italiana desde el primer minuto en el asfalto aragonés. "Todavía no estamos al nivel de las Yamaha, por supuesto, pero estamos en el camino y creo que disfrutará (Maverick) pilotando la Aprilia”, dijo el de Granollers tras su tercera plaza en Silverstone, en el Gran premio de Gran Bretaña.

MotorLand, tocado

Y si Viñales y Aprilia son la cara amable del GP de Aragón, la economía del mismo son el gesto oscuro. Cuando el refranero popular sentencia que ‘no es oro todo lo que reluce...’ parece referirse al próximo gran premio del Mundial de motociclismo, que se disputará en el circuito de MotorLand. Ha sido el Diario.es quien ha sacado unas preocupantes cuentas, impresionantes en sí mismas, en cuanto al volumen de pérdidas del trazado aragonés, que según este medio han consumido 70 millones de euros en prácticamente una década de actividad, a razón de una inversión de 200 millones de euros de dinero público. Una cara B lamentable que no visualizan quienes estarán pegados al ritmo de carrera.