La nueva lista negra de Messi en el Barça tiene un peso muy pesado

Leo Messi no lo ve claro. El crack del Barça gastaba cara de pocos amigos al final del partido contra el Girona. El equipo se dejaba dos puntos en casa en una Liga que no perdona errores.

Leo, avisó en verano, pidió a los que manda un equipo ganador y lo que ha venido para mejorar lo que había no engaña a nadie. Y menos aún al equipo.

Los nuevos no van: Lenglet y Arturo Vidal no están a la altura. Arthur no es Iniesta. Malcom está desaparecido y los problemas del pasado siguen sin solventarse.

Semedo no tiene nivel, Piqué está lejos de ser quién fue, Luis Suárez parece haber perdido el olfato goleador y los goles de Dembélé le están saliendo caros al Barça que con el francés en el campo juega, por momentos, con diez.

Una realidad que desde el equipo se apunta a dos frentes. Primero, a los que mandan, Josep Maria Bartomeu y compañía por la incapacidad de conformar una plantilla de altura: ninguno de los recién llegados este verano tiene madera de titular indiscutible.

Y segundo, a Valverde.

El técnico muestra alarmantes incapacidades desde el banquillo: alineaciones sin control, rectificaciones en marcha, ridículos y más ridículos.

Un entrenador, Valverde, al que en el vestuario ya le ponen la soga al cuello.