Silvio Berlusconi empieza a estar harto de Filippo Inzaghi
El técnico del Milan tiene ya un ultimátum encima de la mesa. O gana al Cagliari este fin de semana o se va a la calle de forma fulminante
Pippo Inzaghi, entrenador del Milan, tiene un ultimátum que pende sobre su cabeza. O gana al Cagliari o a la calle. El equipo rossonero marcha décimo en el Calcio y sus posibilidades de jugar en Europa la próxima temporada son más que remotas. Una situación que ha hartado al mandatario Silvio Berlusconi que tiene más claro el futuro del técnico si el equipo no reacciona. En las últimas 11 jornadas, de hecho, apenas conquistó 10 puntos y el último fracaso tuvo en el delantero español Joaquín, el hombre que puso la puntilla. Contra la Fiorentina, el Milan iba ganando, pero sufrió en los 10 minutos finales una letal remontada firmada por el exbético.
Además, el equipo lombardo está viviendo su primera temporada sin competiciones continentales en 15 años, lo que enfurece aún más a Berlusconi.
Inzaghi, por su parte, no parece preocuparle, al menos de puertas afuera, está crisis institucional. "Quiero permanecer mucho tiempo al frente del Milan. Si el club quiere que yo siga, que entiendo que sería lo mejor, seguiré; en caso contrario voy a tener que irme. No obstante, si esto dependiera de mí me quedaría 30 años en el Milan", aseguró tras el partido del lunes contra la Fiorentina.
"El Milan es un club que me ha dado mucho y quiero quedarme aquí el máximo tiempo posible", añadió Inzaghi en declaraciones a la prensa italiana. El técnico fue nombrado el 9 de junio de 2014, en sustitución del holandés Clarence Seedorf, con la única experiencia de haber dirigido a los equipos inferiores del club.
Sin embargo, la humillación es enorme y el técnico se encuentra cada vez en la cuerda floja. Si no hay victoria ante el Cagliari, la destitución se haría efectiva y en su lugar actuaría Cristian Brocchi, actual entrenador del filial.