Entrevista a Gai Assulin: “Pep Guardiola es el mejor entrenador del mundo”
El futbolista israelí se encuentra actualmente sin equipo a la espera de una nueva oportunidad en la élite tras haber jugado en el Barça, Manchester City, Brighton, Racing, Hércules y Mallorca.
Gai Assulin tiene 24 años y una carrera ya larguísima. Al israelí le colocaron a los 16 años la etiqueta de “Nuevo Messi”, una losa enorme para cualquiera, y ahora ocho años después se encuentra sin equipo, entrenando en busca de su oportunidad, para volver a hacer aquello que le hace feliz: Jugar al fútbol. Pese a su corta edad, ha cambiado seis veces de casa, ha pasado de su Israel natal a Barcelona, de ahí a Manchester y luego de vuelta a España. Todavía desconoce su futuro, pero hoy nos abre para Don Balón las puertas de su vida.
Dejaste Israel tempranísimo. ¿Cómo fue?
Yo jugaba en el Maccabi Haifa y con 12 años mi padre se puso en contacto con Joan Martínez Vilaseca, que era ojeador del Barça en aquella época, para que me viera en un Campus de Andorra. Estuve tres semanas en ese Campus, me vio y entonces me llevó a Barcelona. Ahí me pusieron con el equipo de Bartra, Montoya, Tello, Planas y otros, le gusté a Josep Colomer y me quedé.
¿Dejaste a la familia en Israel?
Sí, allí dejé mi familia y recuerdos muy especiales. Es totalmente diferente que aquí. Además la situación no era muy buena en el país y mi familia pasó por malos momentos. He sacrificado mucho por el fútbol.
¿Te costó mucho la adaptación a Barcelona?
Fue difícil al principio. Llegué sin saber decir ni una palabra y tardé un año en aprender el español. Me pusieron una profesora y ahí mejoré bastante. Aunque ya sabes que los niños a esas edades no son muy maduros y tuve ciertos problemas, pero luego ya fue todo rodado.
Desde muy joven las expectativas contigo eran altísimas, el “Nuevo Messi” decían…
Desde los 16 años comenzaron a señalarme como un jugador especial y claro a algunos cuando ven algo diferente intentan compararlo con otros futbolistas ya profesionales. Tuve que convivir con eso y fue duro, a mi no me ayudó nada.
En el fútbol base todos tus compañeros te señalaban como el mejor, ¿te veías preparado para llegar al primer equipo?
Para llegar no lo sé. Me veía preparado para tener una oportunidad, eso sí. Lo otro estaba por ver todavía y debían pasar muchas cosas.
En 2009 Pep Guardiola te llama para hacer la pretemporada con el primer equipo, ¿cómo lo viviste?
Fue un sueño hecho realidad. Compartir equipo con jugadores de talla mundial como Ronaldinho, Samuel Eto’o, Xavi... y competir con ellos.
¿Cómo es Pep Guardiola como entrenador?
Para mi es el mejor entrenador del mundo, sin ninguna duda, el mejor. Más allá de lo táctico, o de todos los consejos que te puede dar por haber estado en esto del fútbol, tiene algo diferente al resto, hace que todos los jugadores salgan al campo a dejarse la vida y eso se nota. Si además le sumas una inteligencia táctica brutal pues sale eso, el mejor entrenador de todos.
De hecho, te hizo debutar con el Barça ante la Cultural Leonesa en Copa del Rey, pero ya luego no volviste a jugar más…
Sí, entrenaba de tanto en tanto con el primer equipo pero después del debut volví al filial y allí era otra cosa. Luis Enrique no confió en mí y siendo suplente en el B era muy difícil que me llamaran del primer equipo para subir.
¿Qué pasó con Luis Enrique?
Era diferente a Guardiola y no llegué a tener su confianza. Sentía que no le daba lo que le pedía y que nunca estaba contento del todo conmigo. A posteriori te lo tomas como una lección, lo hizo para intentar sacar lo mejor de mí, pero no sé, sentí que nunca acabó de confiar en mi rendimiento.
¿Cómo fue tu salida del club azulgrana?
Fue fácil, se acabó el contrato y no tuve una oferta para quedarme. El Numancia de Soria se interesó por mí, pero yo tenía la mente en salir fuera, quería probar otro fútbol y entonces llegó el Manchester City y me marché a Inglaterra.
¿Llegaste a hacer una prueba con el Blackburn Rovers como se rumoreó?
No, todo mentira. Un bulo.
Y con el Real Madrid, ¿hablaste?
No, no hubo ningún tipo de contacto con ellos. Solo una vez que yo sepa estuvo interesado en mi el Real Madrid y fue cuando tenía 14 años. Jugué un partido contra ellos en un torneo y anoté los tres goles y claro, hablaron con mi padre. Pero nada, no tenía ninguna intención de abandonar el Barça.
En el Blackburn no, pero también se dijo que el Manchester City también quiso hacerte una prueba antes de ficharte. Imagino que eso no debió gustarte tras salir de todo un Barça.
No es del todo así, llegué tocado, medio lesionado, y el club me tuvo un par de meses con ellos antes de ficharme. No fue una prueba aunque sí que te debo reconocer que me sentí como si estuviera pasando un examen.
¿Conocías algo del Manchester City cuando llegaste?
Nada, todavía no era lo que es ahora. El presidente se dedicaba a fichar nuevas estrellas y era complicado para un joven hacerse un hueco en el primer equipo. Había dinero y Mancini no era un entrenador de mirar a la cantera. Creo recordar que ese año ficharon también a Yayá Touré, el proyecto recién comenzaba. Apenas me llamaban para entrenar con el primer equipo y además estuve en la liga de reservas, que posteriormente desapareció, y ahí no se podía sacar nada de provecho.
¿Hay muchas diferencias entre el fútbol inglés y el español?
Muchas, ya sabes las que comenta todo el mundo, pero cada vez son menos. Eso sí, se notaba más en la estructura de los equipos. Ahí el entrenador del primer equipo hacía jugar a su equipo de una manera y el resto de equipos de la base hacía lo que quería. Esto en el Barça es impensable, es radicalmente diferente.
No llegaron las oportunidades y comenzaste a sonar para salir cedido. Con el Barnsley se dijo que estaba hecho pero se abortó por estar lesionado.
Es cierto que estuve muy cerca de ir al Barnsley pero al final quedó en nada. No fue por lesión, creí que no era el momento de abandonar el Manchester City todavía, estaba casi recién llegado y estaba adaptándome. No quería perder la oportunidad aunque al final fue una pérdida de tiempo.
Y al final acabaste cedido en el Brighton de Gustavo Poyet.
Estuve poco tiempo pero fue genial. Poyet tenía las ideas muy claras, tuve minutos y me volví a sentir futbolista. Fue importante para mí recuperar esa sensación.
Acabas contrato con el Manchester City y fichas por el Racing de Santander. ¿Tuviste oportunidades de seguir en algún grande?
Quizás, pero quería jugar. Salí del Manchester City y solo pensaba en jugar minutos y volver a ser futbolista. En el Racing pude hacer eso, llegué con Juan Carlos Unzué y aunque luego cuando se fue cambió todo bastante, pude volver a sentirme bien y útil.
Ahora es segundo de Luis Enrique, ¿Cómo es Unzué como entrenador?
Es muy bueno. Unzué busca sobre todo que te amoldes a la idea de juego que tiene en la cabeza, una muy similar a la del Barça y eso para mí era buenísimo.
¿Se vio en el Racing de Santander tu mejor momento como futbolista desde que eres profesional?
No sé si se vio ahí mi mejor fútbol, tuve ratos que sí, pero también los he tenido en otros equipos, para mí lo importante es que tuve la oportunidad de tener minutos y hubo días en los que sí pude enseñar mi mejor versión.
Llegaste a marcar al Barça B y lo celebraste bastante. ¿Te quedó alguna espina clavada en el Barça?
Marqué en El Sardinero y no, la celebración no fue por nada en contra del Barça, si lo celebré tanto fue por la situación que estaba pasando el equipo. Era un gol que lo necesitábamos mucho. No podría celebrar contra el Barça, me lo ha dado todo.
En ese Barça B jugaba Gerard Deulofeu. ¿Ves en él un caso similar al tuyo?
No, él tiene que hacer su camino, llegar es muy complicado y tiene unas buenas cualidades para ello.
¿Has seguido en contacto con algún compañero de los que tuviste en el Barça?
Sí, con jugadores como Bartra o Thiago Alcántara, y bastantes compañeros con los que compartí equipo en las categorías inferiores y en el filial sobre todo.
¿Y por parte del Barça ha habido algún acercamiento desde que saliste?
No, hubo algún momento en que pareció que podía haber algo pero nada reseñable.
El Racing de Santander descendió y dijiste que querías seguir en ese equipo…
Sí, me hubiese gustado seguir. Estaba con confianza, la afición me había aceptado muy bien y estaba comenzando a volver a mi mejor nivel pero ese verano tuve bastantes ofertas, algunas importantes, y al final llegó el Granada con un proyecto muy interesante y me marché. En otras circunstancias hubiese seguido, me hubiese gustado quedarme.
Granada ni la pisaste…
No, me fui directamente cedido al Hércules.
¿Se habló de un contrato de tres años?
Fue una temporada con opción a otra, pero después de estar en el Hércules no me renovaron.
Te marchas al Hércules después que el Racing de Santander descendiera a 2ªB y descienden los alicantinos. ¿Fue muy diferente una experiencia respecto de la otra?
Otro descenso, eso te marca. Pero sí, fueron muy diferentes las cosas de un sitio a otro, en el Hércules había otras expectativas. Sin embargo, entramos en una mala dinámica y ya no pudimos salir.
Salir del Barça y fichar por un nuevo rico y luego marcharse a dos clubs que se encontraban en bastantes problemas de todo tipo. ¿Un poco bombero por tu parte, no?
No lo creo. El Manchester City tenía un buen proyecto y desde la directiva siempre me mostraron confianza, aunque luego no lo hiciesen los entrenadores. El caso del Racing de Santander y el Hércules, aunque tuvieran sus problemas, son clubs históricos, no creo que me equivocara jugando en ninguno de los dos.
Sales del Hércules y llegas a Mallorca la temporada pasada, donde apenas jugaste, ¿Qué te faltó para ser importante?
En el Mallorca viví mi peor año como profesional. No creo que me faltara nada. Con Valery Karpin aún pude jugar algo, pero luego cuando llegó al banquillo Miquel Soler me sentí totalmente desplazado. Entrenaba pero nunca tenía opciones de jugar, lo hiciera bien o mal.
¿Alguien del club habló contigo para explicarte la situación?
Nadie del club me decía nada. No contaba, era algo que se sabía. Me sentía como si estuviera marcado en una guerra que no era mía. Mi representante, Dudú Aouate, echó a Miquel Soler el año anterior y cuando la nueva directiva puso a Soler en el banquillo pagué los platos rotos. Soler fue a por los que estábamos cerca de Aouate y yo me quedé sin jugar.
Acordaste con el club la rescisión de contrato y ahora te encuentras sin equipo ya con el mercado de fichajes cerrado. ¿Has tenido ofertas?
Sí, varias del extranjero pero no se cerrado nada todavía. Ahora estoy entrenando con un equipo porque no puedo parar, sino luego pasa lo típico que nadie te llama porque llevas tantos meses sin entrenar. Si ven que no estás en ningún sitio ya no te miran igual. Por ello intento no parar, ahora entreno con un equipo y veremos qué sucede en el futuro.
Te he leído en varias ocasiones que quieres intentar triunfar. ¿Qué es para ti el éxito?
Ser feliz, hacer lo que te gusta. Jugar, tener minutos, poder demostrar, sentirte importante, marcar goles, darlos, hacer regates…
¿Ha cambiado esa visión del éxito desde que empezaste?
Sí, por supuesto. Todos cambiamos y creo que las experiencias me han hecho valorar otras cosas que antes no valoraba.
¿Qué crees que debes mejorar como futbolista?
Si te soy sincero, creo que pocas cosas. Tengo plena confianza en mi nivel, aunque también sé que hay cosas que necesito mejorar para dar un paso más en mi juego. Concretamente el juego aéreo es algo que tengo claro que debo mejorar.
Si volvieras al pasado, ¿qué le dirías al Gai Assulin de 18 años?
Le diría que corriera como un loco y no parase de esforzarse nunca (risas).
Has sido un “Nuevo Messi” de la prensa, ¿te has sentido alguna vez como un producto?
No, ya sabemos cómo es esto del fútbol, es “business”, pero no. Obviamente hay que mirar de hacer dinero en este deporte porque es algo que dura pocos años, pero creo que estoy en una edad en que tengo que disfrutar por encima de todas las cosas. Mirando el dinero, sí, pero siempre con la pelota por delante.
Saliste del Barça, del Manchester City, has tenido descensos y ahora has salido del Mallorca y no tienes equipo. ¿Has tenido alguna vez la idea de dejarlo?
No, jamás. Yo sin el fútbol no soy nada.
Una última, ¿para qué juegas?
Para ser feliz. Así es desde el primer día. Salgo al campo, toco un balón y soy feliz.