Juande Ramos tendrá lo que Pepe Mel nunca tuvo en su etapa en el Betis
Todo hace indicar que finalmente el manchego aceptará el cargo tras muchas reticencias a cogerlo

Hace algunos días, Pepe Mel era despedido como entrenador del Real Betis. Una decisión controvertida, pues a pesar de que el equipo verdiblanco había manifestado una mala racha de resultados en el último mes, todavía anda por encima del descenso en la clasificación, el objetivo por el cual debía pelear, en principio, la entidad esta temporada. Y aun así, el hombre que llevó al club a dos ascensos en la época más reciente, era cesado de su cargo.
Lo cierto es que había un tema de fondo: la relación de Mel con Eduardo Maciá, no era la mejor. Se había ido erosionando durante el verano, a través de una planificación deportiva por parte del director deportivo que el técnico censuró en bastantes ocasiones, especialmente en lo referente al tema de las salidas. Unos supuestos enfrentamientos con futbolistas dentro del vestuario bastaron para que la entidad tuviera una excusa con la que actuar, a sabiendas de que la decisión podría ser incluso contraproducente para los intereses deportivos del equipo.
Dicho lo cual, ya hecho el 'desarreglo' y con Juan Merino de técnico interino tocaba buscar sustituto a largo plazo. Y parece ser que el Betis está a punto de convencer a Juande Ramos de que se convierta en nuevo técnico del equipo incluso a mitad de esta temporada. Pese a que Juande no quiere sentarse en los banquillos en lo que resta de curso hasta junio, sobre todo, por problemas familiares (ha rechazado propuestas de Turquía por ello), todo hace indicar que Maciá le convencerá a través de la promesa de un proyecto ambicioso y a largo plazo acorde con sus expectativas y sus exigencias económicas, nada sencillas de cumplir para la entidad bética.
Tal y como informan los compañeros de Estadio Deportivo, Juande firmaría por dos años mas este medio año que resta para acabar la temporada, amén de una promesa económica potente y también de garantías a la hora de remodelar la plantilla y planificarla para los próximos años. Todo un golpe de confianza en el nuevo entrenador, cosa que Pepe Mel nunca tuvo de forma tan intencionada en su última etapa en el banquillo del Villamarín.