Así se desmoronó la selección ante Holanda: Cinco detalles
Tercera consecutiva en los últimos tres amistosos de la Roja

España volvió a decepcionar en una nueva prueba importante en Ámsterdam y lo hizo muy pronto. Apenas quince minutos bastaron para saber que el partido contra el equipo que le dio la 'puntilla' a la generación que lo ganó todo para el fútbol español sería otra exhibición de los horrores que ahora mismo acosan a un grupo perdido y con dudas, muy lejos de aquel conjunto que se sabía superior y respetado sólo con saltar al césped en casi cualquier campo. En pocos meses la selección no sólo ha perdido su nivel competitivo, también pierde prestigio y fiabilidad a marchas forzadas. Pero, ¿qué está fallando exactamente?
1. SIN SOLIDEZ DEFENSIVA
España cimentó sus éxitos en base a una regularidad desde el punto de vista defensivo a la que no mucha gente dio importancia durante años. El equipo no ha recuperado ese nivel atrás y encaja con mucha facilidad, lo que le hace ir casi siempre a contracorriente y teniendo que forzar mentalmente para remontar en un periodo de dudas. El equipo se siente inseguro desde la zaga y así es muy complicado reconstruir las cosas. Volvió a pasar en los primeros quince minutos este martes.
2. UN MEDIO CAMPO GRIPADO. NO HAY FLUIDEZ
Otro de los aspectos negativos de la defensa es que España ya no es capaz de sacar el balón jugado desde atrás con sencillez. Ayer volvió a notarse una falta de liderazgo en la conducción. En este sentido, la prueba con Mario Suárez de referencia en lugar de Busquets resultó un fracaso. El jugador del Atlético acabó sustituido y casi sin aparecer. Con Isco muy enquistado en la banda Cazorla no dio a basto y España condujo la pelota con un ritmo lento y pesado, azuzado además por la falta de recursos arriba. La seña de identidad era el toque, pero el toque con un sentido y un objetivo. Ahora sólo se tiene el balón por tenerlo pero no hay una idea clara de qué hacer con él.
3. UN GRAVE PROBLEMA DE EFECTIVIDAD Y GOL
Uno de los hándicaps más complicados de resolver en estos duros tiempos para la selección española. Hay un tremebundo déficit de delanteros. Más que de número de ellos, de perfiles que realmente den la sensación de poder cargar con la responsabilidad de ser el goleador de España, algo que hasta hace tres días recaía en David Villa, hombre al que la Roja tardará mucho en olvidar si siguen así las cosas. Anoche ante Holanda se empezó con Juanmi, que intentó desmarcarse y buscar los espacios sin excesivo éxito. Peor aún estuvo Pedro, que evidenció su mal momento actual con dos claras ocasiones falladas ante el portero holandés. Pese a tener la pelota y volcarse en el segundo tiempo, España no fue capaz de marcar otra vez ante una selección importante, algo que le sucede últimamente. Tampoco anotó contra Alemania o Francia. Y en esta última convocatoria sólo pudo anotar un tanto en 180 minutos.
4. SIN RESPUESTA ANTE LOS PROBLEMAS
Todos estos factores suman para dar como resultado un equipo que se rompe mentalmente al primer revés. España no salió con mala actitud ante Holanda en los primeros minutos pero después se amilanó en cuanto los locales apretaron en la presión y se descentró completamente con el primer tanto de De Vrij. Holanda sólo necesitó tres minutos para anotar el segundo tanto con una facilidad pasmosa y de haber seguido el asedio hubieran caído más tantos. El equipo no es fiable desde el punto de vista psicológico y eso no sólo contagia a la Roja, sino que también anima al contrario. Además, no hay 'plan B'. Los cambios de Vicente del Bosque no aportaron cosas diferentes y las sustituciones casi siempre reflejan cambios de jugador por jugador (Silva por Isco, Vitolo por Pedro). España sólo juega a una cosa y si el guión no funciona, no hay reacción.
5. UN GRUPO MENTALMENTE TOCADO
La conclusión es que, a día de hoy, la selección es un conjunto con un discurso agotado, sin ideas y que no cambia al introducir nuevas caras porque la idea base, el concepto que quiere desarrollar, sigue siendo el mismo. Un estilo que debe permanecer porque lo mejor que tiene el fútbol español concuerda con ello, pero que dentro de ese estilo debe variar detalles, algo que sí pasó en los años de gloria de la Roja. Se dice que el equipo jugaba a lo mismo en 2008 que en 2012 cuando realmente es mentira, empezando por conceptos como los dos delanteros con los que se ganó la primera Eurocopa o el doble pivote del Mundial. El estilo debe permanecer, pero no se puede jugar exactamente a lo mismo sin los jugadores de antaño. En este sentido, los nuevos deben buscar su propia versión.