Zidane advierte a la plantilla (bajo viglancia) después del Levante
El entrenador francés está focalizado ahora en afrontar el choque de este sábado contra el Celta de Vigo en el regreso al Bernabéu tras el derbi.
Zinedine Zidane terminó moderadamente satisfecho tras la victoria por 1-3 del Real Madrid en el ciudad de Valencia. El francés explicó en rueda de prensa que el encuentro fue lo que se esperaba, ni más ni menos, y que en base a esa premisa, para él, el equipo lo había hecho bien sobre el césped. El Madrid completó un ecuentro falto de ritmo y competitividad, sin alegría, en una versión de 'piloto automático' descadada y sin multitud de titulares sobre el terreno de juego.
Pero si algo caracteriza a Zidane en estos dos meses al frente del equipo blanco es una sinceridad propia de los 'primerizos' cada vez que se sienta delante de los micrófonos y las cámaras de la prensa. Por eso, que asegurase que no se esperaba un Madrid distinto al de este miércoles evidencia que es consciente de que el equipo pasa por un momento bajo, complicado, con unos jugadores a los que costará levantarles el ánimo por pelear esta campaña y en el que los partidos de Liga se harán especialmente soporíferos. No puede justificar la falta de actitud, pero prácticamente lo hace.
No obstante, el siguiente partido es el que quita el sueño al francés. Es contra el Celta y en el Bernabéu, en el regreso del Real Madrid al lugar "del crimen", el escenario donde el sábado hará exactamente siete días que el público estalló contra presidente y jugadores tras una derrota frente al Atlético de Madrid que terminó por finiquitar la Liga. Zidane sabe que lo del Levante apenas ha servido para calmar las aguas y que la grada espera con ganas a algunos futbolistas, especialmente a James, Isco y Cristiano Ronaldo. Los dos primeros están en el punto de mira de las críticas por su mal momento. El luso incendió el club con sus desafortunadas declaraciones post derbi.
Zidane sabe que jugar mal, o lo que sería mucho peor, pinchar contra un equipo tan peligroso como el Celta puede provocar una bronca de dimensiones colosales en el estadio que termine por emborronar una campaña que ya pende de un hilo. Y por eso quiere que, al menos, el equipo muestre actitud sobre el césped. Que los jugadores corran y se esfuercen hasta 'matarse' para calmar a la gente. Por eso tirará de nuevo de cantera y en especial hablará con Isco y James. Sabe que por ellos dos pasa el juego bonito del Madrid, y los necesita inspirados para el tramo final de la temporada.