La mofa a CR7 demuestra que Kahn no aprende: ¿Recuerda la bofetada de 2002?
El ex portero del Bayern calienta el duelo entre el Real Madrid y el Wolfsburgo sin acordarse de que la excesiva chulería le jugó malas pasadas con los blancos.
2 de abril de 2002. Tras adelantarse con un gol de Geremi y jugar mejor durante buena parte del encuentro, el Real Madrid sucumbe ante el Bayern en el antiguo Olímpico de Múnich por 2-1 en la ida de cuartos de final de la Champions (por aquel entonces, la maldición alemana era mucho mayor que ahora). Era el año de la novena, pero a mes y medio de la gesta el conjunto blanco mostraba dudas respecto al devenir de la temporada, una más, por su juego y resultados irregulares. Entonces, después del choque, el centrocampista bosnio del equipo bávaro Hazan Salihamidzic destapaba las esencias de la rivalidad más tensa entre las dos entidades europeas: "se han cagado en los pantalones, se dedicaron a hacer taconcitos pero no son los mejores". El Bayern, campeón de Europa vigente, sacaba pecho ante los blancos. "Han cometido el error de subestimarnos, son demasiado arrogantes", sostenía Kahn.
Ocho días después, el 10 de abril, la vuelta en el Santiago Bernabéu prometía fuego en las gradas. Las declaraciones constantes de los futbolistas del Bayern y de su entrenador, el sempiterno Otmad Hitzfield, habían sacado el orgullo de la plantilla merengue. "Que se preparen porque les viene una avalancha", advirtió un Roberto Carlos encargado de ejercer de portavoz del grupo. Así fue. En una de las últimas noches de gloria más recordadas por el madridismo, bajo un constante y pesado manto de lluvia y con el Rey en el palco, el Madrid doblegó por 2-0 a los alemanes en la vuelta tras 90 minutos de asedio homérico sobre la portería de Óliver Kahn. Un portero que encarnó como nadie la imagen de la rivalidad entre ambos clubes mientras estuvo en activo y que ahora sigue demostrando su rinconcito de 'odio' al Madrid. Y parece que no aprende.
Porque en las horas previas al choque de vuelta de los cuartos de final de la Champions entre los blancos y el Wolfsburgo, con un Madrid que estuvo horroroso en la ida y al que ahora le toca remontar en la vuelta en casa, el ex portero ha vuelto a calentar el ambiente. "Últimamente veo más los abdominales de Cristiano Ronaldo que los pechos de mi mujer". Unas declaraciones altisonantes, sin venir a cuento, que parecen más destinadas a despertar orgullo entre los madridistas, especialmente el jugador portugués, que a motivar a un Wolfsburgo que parece haber entendido mucho mejor lo que se le viene encima. Sigue dando al Madrid como favorito pero anuncia pelea en el Bernabéu, como es normal.
A gestas como la del Bayern en 2002 debe agarrarse el Madrid de mañana pero no por el gran ambiente que se respiró aquella noche, en la que el equipo necesitó realmente del público, sino por el orgullo. Un orgullo unido a la necesidad de vencer, sobre todo en cuanto a la continuidad de algunos futbolistas en el equipo, que bien debería valer una remontada hasta 'sosegada' este martes en Chamartín.