Reportaje DB: Gangas y artículos de lujo del verano

Bienvenidos al negocio del fútbol en el que el pez grande siempre se acaba comiendo al pequeño y es que, por seguir con el refranero, poderoso caballero es don dinero.

Reportaje DB: Gangas y artículos de lujo del verano

En la famosa y conocida saga Star Wars, un joven Obi Wan Kenobi interpretado por Ewan McGregor, decía que “siempre hay un pez más grande”. Aprovecho la cita para comenzar esta reflexión primaveral,  época en la que florecen emociones para bien o para mal con el final de las competiciones. A estas alturas, sobre el campo queda poco más por hacer: rascar la gasolina que queda en el depósito físico de cada uno y esperar a que la moneda caiga de tu lado para escribir una página más de historia.

 

Donde empiezan a carburar ideas, llamadas y tanteos a estas alturas es en las direcciones deportivas de los grandes clubes. Pocas conclusiones nuevas se van a sacar en estos días de las plantillas de este año y es hora de hacer la lista de la compra, ya sea despacito y con buena letra o con garabatos propiciados por ventoleras comerciales. El caso es que presidentes jeques y demás señores del dinero empiezan a hacer números y se remangan para quedarse con las mejores gangas o, para regatear a las grandes firmas del momento de cara a la 2016-2017.

 

Y es que en este mundo, cada vez más negocio y menos fútbol, el verano es época para que los directivos demuestren dotes de empresarios y comerciales y viceversa. Durante dos meses se da luz verde al consumismo y los grandes tiburones salen a arrasar con todo aquello que tienen a su alcance, con el exquisito olfato que les caracteriza para seleccionar esas piezas que han comido bien a lo largo de todo este año durante la ausencia de depredadores mayores.

 

Extrapolemos esta metáfora marina al verde. Por fin, para muchos grandes con proyectos financieros faraónicos, el estanque queda libre y conjuntos como el Manchester United, autolesionado durante los últimos años, amenazan con destrozar el mercado para renacer por un lado y agradar a Mourinho por otro. Su vecino, con la llegada segura de Guardiola, también entrará en un salón de belleza para sufrir un cambio de imagen radical y el Chelsea  invertirá un verano más para olvidar un año que le ha teletransportado a la era pre-Abramovich. El PSG, al que Francia se le queda minúscula, anhela entrar de una vez en Europa y nuestros dos gigantes tendrán que renovarse otro verano más si no quieren quedarse sin sitio.

 

A su vez, el problema de ser David es que en el fútbol, aunque Goliat caiga golpeado por la honda, siempre lo hace sobre un colchón de billetes para volverse a levantar. La gran sensación del año es el Leicester, como es obvio, y los Vardy, Kanté, Mahrez y compañía lucirán con el cartel de “rebajas” en el escaparate, llamando a muchos grandes a mirar y comprar. No es el único que puede sufrir las consecuencias de probar las mieles del éxito. El Tottenham, siempre guerrero en los despachos (y si no que se lo digan a Florentino), tendrá que pelear mucho para que no le toquen prendas de esta colección de la 2015-2016 como Alli o Kane e, incluso, la Juventus, dueño y señor de Italia sin el aura de bestia continental de antaño,  se las tendrá que ingeniar para evitar que su buque insignia haga las maletas hacia nuestra Liga.  En España, con la tendencia de priorizar la importación antes que el producto nacional, Madrid y Barça, sin poder tocar al grupo del Cholo salvo sorpresa, seguirán mirando a Europa, aunque la temporada del Celta o del Athletic tentará a más de un comprador extranjero.

 

No obstante, el batacazo es igual o mejor anzuelo para que los grandes piquen. Las temporadas desastrosas en las que el resultado deportivo afecta al bolsillo y en las que el club “vendedor”  necesita apretarse el cinturón, invitan a conseguir auténticas gangas. En esa difícil situación se puede encontrar el Valencia, que tendrá, por lo menos, que escuchar ofertas por jugadores como André Gomes o Mustafi. En un desierto similar pero más duradero llevan años caminando los dos históricos de Milán, que tras dejar su local en la milla de oro del fútbol, tendrán que negociar la venta de jugadores como Bacca al mejor postor  cuando los adinerados se paren frente a su puesto.

 

Un verano más, bienvenidos al negocio del fútbol en el que el pez grande siempre se acaba comiendo al pequeño y es que, por seguir con el refranero, poderoso caballero es don dinero.

 

Iñigo Esteban