¿Qué le pasa a Jackson Martínez? No le quieren ni en China...
Después de poco más de seis meses, parece que el destino del delantero colombiano está lejos del país asiático.
La historia de Jackson Martínez en este último tramo de 2016 está siendo como para pensar en que, muchas veces, el destino del fútbol para con algunos es más que cruel. Y es que todo lo que le ha pasado al colombiano en los últimos 365 días no deja de sorprender a propios y extraños por la dureza de su cambio de rol en el panorama futbolístico mundial. De estrella del balompié europeo ha pasado a ‘despojo’ (y perdonen por la expresión) futbolístico en el que muy pocos confían. Y hablamos de un delantero centro de tan solo 29 años…
Jackson terminó la temporada 2015-2016 con grandes números en el Oporto. En la entidad portuguesa llevaba tres campañas destacando y reivindicándose como uno de los grandes goleadores de todas las Ligas de Europa. Esto, evidentemente, le puso en la cabeza de los rumores de fichajes para un montón de equipos grandes del viejo Continente el pasado verano. Finalmente, un Atlético de Madrid que necesitaba un fichaje de campanillas para su delantera después de vender a Mandzukic a la Juventus (precisamente igual que este verano) confió en él para que liderarse el ataque rojiblanco.
Pero Simeone nunca quedó convencido de su fiabilidad, y el tiempo y los más que pobres números de un Jackson que acusó de forma inaudita la presión mediática sobre él le dieron la razón. No aguantó ni una temporada entera en el Calderón antes de que Jorge Mendes viera una magnífica oportunidad de sacar beneficio para todas las partes y vendérselo al Guangzhou Evergrande por un dineral, 42 millones de Euros, 7 más de lo que había costado, en Navidades. El negocio convenció a todas las partes como decimos, menos al propio Jackson, que de sentirse deseado por media Europa pasaba a formar parte de las filas del campeón de Asia antes de cumplir los 30, un paso atrás en su carrera.
Siete meses después, la cosa no solo no ha mejorado, sino que va de mal en peor. Apenas tres dianas en la competición asiática han hecho que un desmotivadísimo Jackson, que además acabó lesionado la campaña, haya terminado siendo suplente en el Guangzhou y quiera regresar a Europa para ver si es posible recuperarse futbolística y anímicamente. “Está muy agradecido al Guangzhou Evergrande, pero quiere regresar a Europa”, asegura su agente. Y no es para menos. Este año de desgracias le ha costado caché, valor de mercado y su puesto en la Selección colombiana, donde por cierto nunca ha terminado de cuajar.
Los dos equipos de Milán, que poco a poco empiezan a tener dinero solvente para fichar tras años en el más oscuro de los ostracismos, podrían servirle de nuevo de trampolín, aunque no lo tendrá fácil. Lo que está claro es que el colocarle en la primera plana de los goleadores de Europa nunca le sentó bien y siempre se desenvolvió mucho mejor como actor secundario en el mercado de estrellas, algo que puede haberle costado parte del resto de su carrera.