Barça y Madrid se descubren (para mal): 5 cosas que aprendimos del Clásico
El primer 'partido del Siglo' de esta temporada se salda con un aburridísimo empate. Suárez y Ramos, los goleadores.
Lo que parecía iba a ser una cabalgata de las Walkyrias para el Madrid, acabó en conato de tragedia y lo que podía ser un bochorno culé, terminó siendo otra tarde más de indigestión, y ya van demasiadas. El Clásico que estaba llamado a revolucionar los televisores de medio mundo ofreció un mal espectáculo casi de principio a fin, con un choque entre dos trenes con más carcasa que empaque y que descubrieron sus miedos mútuos y sus ganas de pasar de puntillas por allí, sin recibir excesivos golpes.
Es peor para el Barça, que seguirá remando a seis puntos y mirándose al espejo con cara de no conocerse, cada vez con más arrugas. Al Madrid le fastidiará no haber hecho más sangre en una oportunidad histórica para hacerlo, y acabar dando gracias por otro gol salvador de Ramos que evitó su primera derrota del curso. Estas fueron las cinco cosas que aprendimos del encuentro.
El enorme agujero del Barça. Parece mentira, pero con una versión con más mediapuntas que nunca en la plantilla culé, el equipo controla menos el balón, es menos constante en la posesión y más endeble que nunca en las transiciones ataque-defensa. Quizá todos esos mediapuntas son precisamente el origen del problema. Denis, André, Arda, Iniesta, Rafinha... esta tarde le tocó al luso, que volvió a naufragar. Busquets se veía constantemente solo como una isla en medio de piernas blancas, algo a lo que empieza a acostumbrarse de forma alarmante, y posible causa de su reiterado mal estado físico. Decir que en un Clásico el Barça no dominó el partido en muchos momentos ya es decir mucho en contra de los azulgrana. Y eso pasó durante el primer periodo y buena parte del segundo.
Zidane no se escondió, pero se equivocó. El técnico francés no tenía intención de sorprender a nadie, porque dispuso el once inicial que se preveía desde hacía una semana. Sin Bale entró Lucas, y Kovacic reemplazó a un Casemiro todavía no apto para esfuerzos máximos. El resto, lo esperado y esperable incluyendo a Varane, que hizo un partido soberbio exceptuando su crucial error: falta inncesaria que provocó el gol de Suárez, a quien él cubría. Resulta complicado nominarle entonces como mejor central del partido, a pesar de que por impresiones lo mereció. Quien no estuvo fino esta vez fue Zizou desde el banquillo. Quitó a Isco el primero y permitió que el Barcelona recuperase dominio y campo, y tardó en sustituir a un Benzema inoperante esta vez en el Clásico.
Las carencias de ambos, la gran moraleja del Clásico. El Madrid no saltó al campo con el culo apretado, como quería su entrenador. Lo hizo queriendo mandar, sí. Y mandó durante gran parte del partido, pero sin la ambición del Calderón por perforar la portería contraria. Apenas hubo ocasiones en la primera mitad y solo el 1-0 de Suárez movió algo el choque, que en general fue soporífero en ritmo, malo en calidad y horrible en cuanto al miedo a fallar que ambas escuadras demostraron, algo que deja sobre todo en mal lugar a un Barcelona que tenía que arriesgar.
Otra vez Ramos, el gran 'Clásico'. Parece que lo hace aposta. Otra vez estaba el Madrid contra las cuerdas, tras una reacción obligada por verse por debajo en el partido sin merecerlo, aunque el Barça había empezado mejor en la segunda parte. Llegó el 90', llegó Sergio y cabeceó una falta lateral para poner las tablas y dejar a su equipo exactamente igual en el campeonato, en otra acción decisiva que sigue aumentando su Leyenda de hombre de partidos clave y finales dramáticas. Este fue el único 'Clásico del Clásico', en un partido que, en general, pasará a ser poco recordado.
Un duelo que deja más señalados que héroes. Como decimos, la poca vistosidad, la falta de ambición por momentos, el exceso de cálculo y el miedo a perder condicionaron un partido en el que salieron a relucir más las malas actuaciones de distintos de sus actores (los dos laterales merengues, Casemiro, Benzema, André Gomes, Rakitic o Mascherano) que virtudes concretas. Pasó el Clásico, sigue la Liga. Y parece que la vida igual.