Zidane frena un escándalo en Villarreal (y a Florentino se le nubla un fichaje)
El equipo amarillo estuvo a punto de incendiar la Liga, pero la reacción del Real Madrid deja las cosas como estaban.
Muchísimo sufrió el Real Madrid para ganar un partido que tuvo perdido, y que por momentos inclinó la Liga a favor del Barça, pero finalmente se llevó los tres puntos de un estadio de la Cerámica que acabó incendiado contra el colegiado y rabioso por verse con el triunfo en la mano. Al contrario que en Valencia, la reacción blanca sí conllevó tres goles, que contrarrestaron un 2-0 inapelable del Villarreal hasta la hora de partido. Protestadísimo penalti que transformó Cristiano para empatar. Morata hizo el gol del triunfo. Poco antes, Bale, el mejor de una BBC de reestreno y muy poco voraz, había recortado distancias. Estas fueron las claves del choque:
La BBC. Fue la principal novedad en el equipo de Zinedine Zidane para afrontar una auténtica final por la Liga. Casi ni se recordaba la última vez que Bale, Cristiano y Benzema habían coincidido sobre un terreno de juego, y lo hacían para sacar tres puntos fundamentales de cara al devenir del campeonato. Tras lo de Valencia, el técnico francés recurría a lo mejor que tiene para evitar otro tropiezo. Sin embargo, la apuesta funcionó a medias, o puede que incluso menos. Benzema volvió a mostrar su cara más tímida y a Cristiano le costó encontrar espacios y ocasiones, aunque mostró el carácter y la actitud de los últimos encuentros. Bale fue el mejor por prestaciones, pero todavía le falta recorrido físico. Muy aplicados en defensa, al equipo le costó encontrarlos durante toda la primera mitad.
El plan del Villarreal. Muy estudiado tenía el partido el cuadro amarillo, que fue maniatando al Madrid poco a poco con el paso de los minutos. Ordenado en defensa, sin sufrir casi ocasiones en la primera hora de juego, aprovechó constantemente los espacios de Marcelo y Carvajal y ocupó con éxito el medio campo. Bruno ejercía de maestro de ceremonias, Modric no entró en contacto con el balón lo suficiente y Samu Castillejo fue un puñal a pierna cambiada por la derecha. Errático Kroos, a Casemiro le faltaban piernas para achicar espacios.
Isco, fundamental. Fue la clave del partido, y fue obra de Zidane. Ni más ni menos. El dominio del Villarreal se transformó con los dos goles de Trigueros y Bakambu. Para entonces, todo en la noche apuntaba a desastre blanco que además amenazaba una tendencia peligrosa extensible a la temporada entera. Pero el arreón llegó de la mano del cambio inmediato del técnico francés: Casemiro fuera, el malagueño dentro. El Madrid empezó a tocar y tocar, a ser más rápido, más vertical y más incisivo, y dio la vuelta al marcador en la última media hora.
El penalti. La decisión de Gil Manzano es de las que se recordarán en esta Liga. En el minuto 73, y con 2-1 en contra, señalaba pena máxima por mano de Bruno dentro del área tras un rechace. El estadio explotó contra el colegiado y el banquillo del Villarreal se transformó en un polvorín, del que salió chamuscado su entrenador, Fran Escribá, rumbo a los vestuarios. Para entonces, el campo se había inclinado totalmente hacia la portería amarilla. El gol de Morata fue la culminación a otra remontada de fe y coraje.
Un negocio en el aire. Muy atentos habrá que estar a la reacción de Zidane con Isco en los próximos partidos. Lo más normal es que el francés no varíe su plan y siga alternando al andaluz con James, pero dejar de nuevo al colombiano fuera tras la derrota en Valencia y la enorme influencia del '22' en este partido, que puede ser decisivo para la Liga, podría darle un empujón clave a Isco para renovar y quedarse en detrimento del de Cúcuta. A Floretino se le puede complicar un negocio.