El pacto secreto de Diego Costa con el Chelsea para acabar en el Atlético
El hispano brasileño tiene un plan… y el equipo inglés una exigencia.
El culebrón Diego Costa parece no tener fin. Tras las exlosivas declaraciones del futbolista hispano brasileño contra el Chelsea hace un par de días, en las que acusaba a su club de tratarle como a un criminal, nada hace pensar que ambas partes vayan a ponerse de acuerdo respecto a una resolución de su situación, al menos por ahora. El delantero sigue en Brasil, negándose a entrenar con el equipo hasta que se resuelva su futuro; y la entidad quiere que se ejercite con los suplentes, ya que Conte no cuenta con él pero no quieren que pierda valor en el mercado.
Un valor, el de 50 millones de Euros, del que los 'Blues' no se bajan pese a los intentos del Atlético de Madrid de rebajar el precio. El conjunto rojiblanco es el único destino que acepta Costa, que mientras permanece en su tierra natal sigue siendo multado día tras día por el Chelsea por incomparecencia a los entrenamientos. Son ya 330.000€ y subiendo, según los medios ingleses. El jugador se plantea no sólo no pagar, sino reclamar una indemnización al club de Londres por lo que considera un impedimento a la hora de hacer su trabajo.
La cadena de errores que ha llevado a esta situación comenzó con el errático movimiento por parte de Conte de comunicarle al futbolista que no contaba con él para el presente curso vía mensaje al móvil. Enfadado, Diego Costa soltó esa información a los cuatro vientos en su última concentración con la Selección española. Automáticamente quedó apartado, pero también rebajó ostensiblemente su precio al saber toda Europa que está en venta. Ahora las posturas parecen irreconciliables.
Sólo cabe, por tanto, un posible pacto entre ambas partes para llegar a un acuerdo: que el Chelsea acepte negociar por el jugador a la baja, pudiendo vendérselo al Atlético; y que, por contra, el ariete regrese a Londres y se ejercite en solitario hasta que se concrete su salida. Esa parece ser, en estos momentos, la única vía para llegar a un entente de cordialidad.