Las claves de un partido mágico para la historia del Barcelona

Cualquiera de los dos equipos pudo haberse llevado la copa. Al final, el acierto y la suerte en los momentos claves decantaron un choque en el que el Barcelona fue ligeramente superior.

Las claves de un partido mágico para la historia del Barcelona

 

Sin duda fue un gran partido de fútbol. Con fases para los dos equipos que pudieron decantar el marcador por cualquier lado. La Juventus sintió que podía doblegar a este Barcelona en la segunda mitad. Tras el gol de Morata los italianos se echaron sobre la portería de Ter Stegen pensando que el segundo llegaría. Y estuvo cerca. Al final, como no, el tridente resolvió una vez más. Acierto o fortuna, el Barcelona jugó un buen partido y fue justo merecedor de alzar su quinta Copa de Europa. Estas fueron las claves de la victoria:

 

1. El inicio de partido. El primer minuto fue algo raro. Los italianos quisieron salir a intimidar, dejando claro sus intenciones. Pero en cuanto llegó el fútbol combinativo de los azulgranas algo pasó. En el minuto 4 Messi a Alba, Alba a Iniesta, Iniesta a Rakitic y llegó el primero. Las caras de los italianos fueron un poema. Máxima expresión del fútbol de otro tiempo, de ese que nunca se olvida. En el primer cuarto de hora los azulgranas pudieron sentenciar el choque, pero no acertaron con el segundo.

 

2. El centro del campo. Especialmente Busquets. Estuvo magistral. Fue uno de los mejores azulgranas sobre el césped de Berlín. Mandó, repartió, dio serenidad, cortó el juego cuando tuvo que hacerlo. Incluso dejó algún toque de calidad futbolística que desquició a más de un italiano. Hacía tiempo que no veíamos a un Busquets a ese nivel. A su lado Iniesta y Rakitic. El manchego como siempre, el croata más trabajador que nunca. Consiguió el gol más rápido de la historia de las finales del Barcelona pero cuando tuvo que ponerse el mono de trabajo, lo hizo. Soberbio.

 

3. El contragolpe. Por un lado y por otro. Los dos equipos supieron salir rápidos al recuperar el balón. Tanto se habló durante la semana de que ambos conjuntos querían el balón, que lo mejor que hicieron fue contragolpear. La Juve aprovechó el poderío físico de Pogba y Morata. El Barcelona su tridente mágico. Rakitic y Alves estuvieron bien en los cortes, y cuando no, allí estuvo Ter Stegen. El guardameta, menos en el gol, supo resolverlo todo.

 

4. Messi. No marcó, pero su actuación fue decisiva. Tal vez le faltó la guinda, pero el fútbol es así. Su primera parte no fue buena, demasiado escorado en la banda, tuvo menos participación en el juego. Tras el descanso se hizo con el control de la pelota con libertad de espacios. Únicamente el gol de Morata le paró en un festival que se veía venir. Desbordó en el uno contra uno dejando detalles de calidad únicos, y supo conducir los contrataques de su equipo. El gol decisivo de Suárez vino de una de sus jugadas, aceleró cuando quiso, disparó y el fallo en el despeje de Buffon lo aprovechó el uruguayo. Messi siempre es Messi, y su Balón de Oro está ya prácticamente adjudicado.

 

5. Suárez y Neymar. Escuderos fieles del argentino, ayer brillaron de una manera diferente. Tampoco fue buena la primera mitad, pero en la segunda sus actuaciones fueron claves en los momentos importantes. Los dos consiguieron marcar. El uruguayo muy trabajador, luchando cada balón, intentándolo de todos lados. Al final supo estar en el lugar correcto, ese que sólo saben los grandes goleadores. Aprovechó el rechace de Buffon y marcó el gol que decantó la final. Por su parte, el brasileño, que empezó el partido gustándose sobre el césped, pasó por momentos inadvertido. Al final, su contragolpe sentenció el partido en el descuento.