El 'bombazo' de Florentino Pérez sobre Zidane que no se puede contar (y el plan secreto)

Si el Real Madrid no endereza el rumbo habrá muchos más problemas. Esa es la conclusión que se puede extraer de lo vivido este fin de semana, tras el empate del equipo blanco ante el Athletic Club. La sensación de impotencia e incapacidad frente a los bilbaínos ha desatado las alarmas en el interior de la entidad y ahora sí que se sopesa la posibilidad de realizar fichajes en el próximo mercado de invierno, algo que tradicionalmente no se hace en la casa blanca por considerarse fuera de lugar, además de un síntoma de debilidad y un peligro para la armonía del vestuario en mitad de una temporada.

Pero resulta que esta vez la debilidad existe y es real. Y la falta de gol amenaza con poner las cosas mucho peor de lo que ya están. No obstante, pese a que el equipo disputa ahora dos partidos seguidos en casa y ante una afición cada vez más molesta e impaciente por que su equipo recupere la senda de los éxitos y la buena imagen, dentro de la entidad se quiere poner una nota de tranquilidad a todo. El mensaje interno es que hay confianza total y absoluta en el proyecto y, sobre todo, en Zinedine Zidane. Florentino Pérez está convencido de que el técnico francés será capaz de dar con la tecla que haga que todo vuelva a la normalidad.

Lo que no se dice. No obstante, y aunque esta convicción de seguir confiando en Zidane es totalmente verídica, también existe, como es lógico y normal, una creciente preocupación por el estado del equipo dentro del club. Sin embargo, Florentino Pérez sabe que bajo ningún concepto se pueden transmitir esas pequeñas dudas al exterior, y que tanto la gente como, sobre todo, los medios, perciban que hay ni un solo atisbo de dudas con el entrenador galo, ya que eso tendría un efecto devastador para el presidente.

Y es que fue Zidane, ni más ni menos que Zidane, quien salvó a Florentino Pérez de su momento más delicado desde que regresó al sillón presidencial desde 2009. A finales de 2016 su proyecto se tambaleaba y la afición ya clamaba contra él en las gradas del Bernabéu, harta por la decadencia de un equipo que había tocado la gloria con Carlo Ancelotti, pero que se había desplomado después, hasta tocar fondo con Rafa Benítez. Fue entonces cuando el francés irrumpió en el vestuario y lo levantó de sus cenizas hasta conquistar la undécima. Todo lo que llegó después ya es historia.

El Real Madrid y su presidente, que tienen que ser siempre previsores, mantienen una lista de posibles sustitutos para Zidane, pero sabiendo siempre que despedir al actual entrenador solo sería el último de los cartuchos en caso de emergencia extrema. En este sentido, el francés tiene todavía un crédito enorme. Tanto porque se lo ha ganado como por una falta de opciones bestial en cuanto a todo lo que hay fuera.